En este mismo café, una vez nos miramos a los ojos. Fue el
principio, mientras el tiempo transcurría ávido, frenético e indiferente.
Aquel verano las hojas explotaron en un verde rabioso, luego se marchitaron. Y
en aquella plaza, mientras caminábamos callados, corretearon entre nuestras
piernas.
Aun veía en tu rostro la sorpresa de los primeros momentos.
La vida como un oscuro e impredecible río se detenía a veces en suaves
remansos, y nos encontraba juntos.
Nunca hablamos del futuro, ni nos prometimos nada. Solo el silencio tibio de un
abrazo, acaso una caricia.
Las hojas de los viejos tilos de nuevo volvieron a tapizar
exageradamente aquella plaza y otro verano de cielos azules y altas nubes
frescas nos encontró tomando otro café.
Febrero corría febrilmente, y de pronto tu tiempo acabo.
Anonadado por lo irreparable, aun sin creerlo, Llegue con los primeros fríos de
abril a tu lapida,
inútilmente tibia bajo los pobres rayos de sol. Acaricie vanamente tu nombre,
grabado definitivamente en el mármol gris, gritándome tu ausencia y ahora tu
eterna soledad.
¿Qué podría decirte?
Cuantas palabras calle cuando estuvimos juntos. Ahora en la inutilidad de
todas las preguntas, veo tu rostro en fragmentos de recuerdos que se
deshilachan irremediablemente, mientras otro café se enfría y el tiempo sigue
arremolinándose, buscándome, esperando
Te van olvidado, trazo a trazo, acaso alguien recuerde
borrosamente una tarde en que tenías puesto un vestido azul, o quizás un viaje
de verano. Hasta que nadie sepa ya quien fuiste.
Todos los tiempos se irán, y yo con ellos. Él porque me
asalta vanamente.
No tengo la esperanza del después, solo la certeza del olvido, hasta el fin de
los tiempos y aún más allá. Pero tu recuerdo es todavía un poco mío, aunque
estés bajo aquella lapida y ya no tengas ni al menos un poco de calor, aún
estoy aquí recordándote, tratando de no perder tus imágenes,
intentando que mi mente atesore aquellos breves momentos en que tu sonrisa lo
decía todo.
Aún estoy aquí acorralado por el tiempo, otra vez las hojas han comenzado a
caer, cansinamente espero que también me alcance.
espectacular, sencillamente perfecto
ResponderBorrar!Terrible el olvido, que se acrecienta en el tiempo!
ResponderBorrarMuy triste,el olvido y el amor terminado
ResponderBorrar