Translate

¡Yo vi un U-Boat en 1960!






Una carta desde el faro de la Isla Leones, Chubut




Muchos años antes que yo tuviese idea sobre las andanzas de los U Boats en Argentina y del secreto que se esconde, realicé, junto a unos amigos, un largo viaje al sur patagónico, en un viejo camión Mercedes 608. Nuestro destino: La isla Valdés, a unos kilómetros al sur de la Isla Leones (ésta última) dista 60 kilómetros de la pequeña y solitaria ciudad de Camarones.

 Allí fuimos 17 personas en la caja del noble vehículo. Aparte traíamos a la rastra un gomón con su motor, otro desinflado adentro del camión, 9 tanques de buceo, un compresor, carpas, vituallas para varios días, agua en cantidades, ya que estaríamos alejados en pleno desierto y mil cosas más.

 El viaje fue duro y casi no había aire adentro, así que abrí de apoco los botellones para poder respirar.

 Llegamos una noche a Camarones. Al otro día comenzamos el camino a campo traviesa hasta la isla Valdés.

 El conjunto lo forman la Isla mencionada, la bahía huevo (una semi circunferencia) de unos trecientos metros y la maravillosa entrada de agua al continente: la Caleta Hornos.

 Hacia la tarde del tercer día trabajando como beduinos, logramos poner a los dos gomones en el agua.

 Realizamos dos inmersiones, una a 7 metros y luego a los veinte, a unos cien metros de la punta norte de la isla. Las dos únicas palabras que hoy se me ocurren son: locos y suerte. En ese lugar los cambios de mareas crean corrientes peligrosas hasta para un barco de porte. El agua estaba tan fría que nuestros rudimentarios trajes de neoprene no nos protegían. Así que decidimos ir al norte a buscar aguas más calidad. Dos días después estábamos en la “templada” península de Valdez. Muchos años más tarde fueron llegándome, datos, informes, historias contadas de boca en boca. Que U Boats en nuestras aguas, que personal alemán deambulando por la Patagonia, etc. Hasta que un día pusieron en mis manos una serie de cartas manuscritas. Eran de un hermanastro (fallecido mucho antes) que durante los años 1959 a 1960 estuvo en la Isla Leones. Allí cumplió castigado su servicio militar. En aquellas misivas a sus parientes contaba cosas, hechos, circunstancias que aún hoy asombran.

  Todo eso pasó tan cerca del lugar donde -sin sospechar nada-, fuimos a bucear.


¿Y los submarinos?



Podrán ver la carta donde dice haber divisado, en la noche, luces, señales. El haber contado la situación a sus superiores y éstos decirle “pueden ser los submarinos” ¡año 1960! Avisaron a la Base más cercana e hicieron guardia armados en la torre del faro.

El pasado verano decididos a buscar alguna verdad y con los nombres de algunos sobrevivientes, llegamos con un hijo, a Camarones. Estábamos decididos a llegar a la Isla Leones y su derruido faro. Pero una vez en Camarones y en cuanto abrimos la boca sobre los submarinos alemanes, nos impidieron todo acceso. Incluso, aquel camino que tantos años atrás hiciéramos en el viejo camión, hoy está cerrado. Y según los lugareños se encuentra bastante deteriorado.! ¡No se les ocurra ir por allí!, nos amenazaron, los peones de la estancia (que está en camino), abrirán fuego y ya nadie los volverá a ver.

Aun hoy el secreto flota en el aire…

Pude ver el faro a lo lejos, como un sueño al que quizás un día llegue y camine por donde lo hiciera mi hermano.

Investigaciones y algunas pruebas indirectas, pero fundamentales, me dicen que allí hay algo. Que se esconden historias y quizás algún U boat, esperando que alguien lo encuentre y cambie, de alguna manera, esta historia nuestra.

Caminando por Camarones encontramos la casa de Perón, que vivió allí y conoció a todos los estancieros. Incluso en una de las Estancias nos aseguraron que allí habían sido investigados. ¿Por qué les pregunté? Una amplia sonrisa y unas palabras “es que Don..aquí decían que lo habían tenido a un tiempo, a aquel que se había matado en Berlín al final de la Guerra”

Muchas coincidencias, infinidad de preguntas un secreto muy bien guardado, por eso escribí Charlas con Adolfo 1958, reuniendo todo el material que llegó a mis manos y que documenta, casi completamente, una historia única y un secreto que aún hoy podría cambiar parte de la historia humana.

 





 


Se puede adquirir en:
 Amazon 
  Bubok.es

   Bubok.com.ar
     Mercado libre   

                                





 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario