Buenos Aires, 12 de junio de 1943.
"Compañero
de partido, Capitán de Navío
D.
Niebuhr. O. K. M. Berlín.
Mi querido capitán:
Apenas he tenido tiempo estos
últimos ocho días de coleccionar para Ud. los recortes del "El
Pampero" y del "Deutsche La Plata Zeitung" que adjunto. He
pasado noche y día viajando o recibiendo a los compañeros de partido; desde
todas las regiones del país vienen a verme. Mis esfuerzos no han sido inútiles.
El éxito de la revolución de nuestros amigos ha sido completo, según lo podrá
apreciar Ud. por los recortes adjuntos. También hemos triunfado en toda la
línea en materia de política exterior.
De una información confidencial
remitida por la princesa Kaourdacheff, se desprende que el gobierno de los
Estado Unidos reconocerá inmediatamente al nuevo gobierno. Esto equivale al
triunfo de la inspirada dirección de nuestro amigo Perón sobre el estúpido
Roosevelt. Fue él también quien impuso la expulsión del general Rawson quien,
según me lo asegura la señorita Duarte, sólo fue incorporado a la revolución
para evitar que en el momento decisivo se opusiera al movimiento con sus
numerosos adictos en el cuerpo de oficiales. Hombre inseguro, la caída de
Castillo lo convirtió en innecesario. La señorita Duarte me mostró una carta de
su amante, en que se fijan los siguientes lineamentos generales para la obra
futura del gobierno revolucionario: "Los trabajadores argentinos nacieron
animales de rebaño y como tales morirán. Para gobernarlos basta darles comida,
trabajo y leyes para rebaño, que los mantengan en brete." Esto es lo que
habría dicho el coronel Perón.
Si no me equivoco, ya Mussolini
empleó la expresión animales de rebaño para referirse a los analfabetos
italianos. Perón sigue la buena escuela.
Todo lo que hasta ahora se nos
oponía ha sido derribado por la fuerza. El Parlamento está disuelto, el maldito
comité "0.10" clausurado. Los dos agentes británicos del gobierno
derrocado, Culacciati y Amadeo Videla, están entre rejas. La policía está
firmemente en manos de nuestros amigos y, por lo tanto, en nuestras manos.
El traidor Jürges ha desaparecido,
como si se lo hubiera tragado la tierra. Posiblemente haya huido a Chile o al
Uruguay.
Los compañeros de partido, Bohle y
Holzer, tienen la misión de comunicarlo en caso de que aparezca por allí,
cuándo y dónde lo haga.
Entretanto, se ha iniciado aquí su
búsqueda. En el allanamiento de su domicilio en ésta, los compañeros Pochammer
y Wolfersdorf echaron guante a una serie de elementos que prueba sobre sus
actividades, y contactos hasta el momento actual. No sólo era miembro de la
Asociación Judea-Comunista, Acción Argentina y del tristemente célebre Comité
contra el Racismo y el Antisemitismo de la Argentina, sino que actuaba, demás,
como líder en casi todas la campañas lanzadas contra nosotros en el Parlamento
y la prensa judía. La campaña difamatoria contra el compañero de partido, von
Thermann, que contó con la colaboración del general Calderón, inficionado de
comunismo, era uno de los manifiestos propósitos de la campaña de odio de la
organización. Lamentablemente tuvo éxito. Se verá Ud. obligado a reconsiderar
su opinión sobre Jürges como hombre aislado, aunque peligroso. Ese perro
sarnoso nos ha perjudicado más que el resto de los alemanes emigrados juntos.
sigo sin comprender por qué el compañero de partido, von Thermann, se
opuso hace cuatro años y también en
ocasiones posteriores a hacerlo liquidar lisa y llanamente, sin reparar en las
posibles consecuencias. Eso hubiera sido mejor que el ridículo y desesperado
recurso de descubrirle un prontuario criminal. Lamentablemente no encontramos
entre sus papeles ningún indicio que nos permitiera identificar su contacto dentro de esta
embajada. De todos modos su papel en la Argentina ha terminado y tampoco le
resultará fácil actuar en los países vecinos donde se extiendan, siguiendo el
curso de su favorable desarrollo, los planes preparados aquí en la Argentina y también
los nuestros. Las perspectivas favorecen este desenlace. Los proyectos
encaminados hacia ese propósito se encuentran en preparación y robustecen la
voluntad de llevarlos a término.
Me sorprendió sobremanera la noticia
que me comunicó la señorita Duarte, relativa a la estada en ésta del general
von Faupel el mes pasado. Su visita estuvo fuera de toda duda bien organizada,
pues imagínese Ud. la alarma de los sabuesos anglo americanos de haber tenido
noticias.
Basta por hoy y por falta de tiempo,
disculpe el estilo telegráfico. Es una lástima que no se encuentre Ud. hoy
aquí. Se le abriría un campo de acción insospechable. El compañero de partido,
Arensdorf, se ocupará de juntarle los recortes de los diarios y enviárselos por
el "Cabo" y "El Monte". En cuanto tenga yo más tiempo
tendrá Ud., por mi intermedio, noticias más detalladas. Heil Hitler. Firmado: O.Meynen
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