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¿Explosiones nucleares en la Antártida?


  ¿Se hicieron detonar bombas atómicas sobre la Antártida?

Según Stevens (2003: 247), citando a Landig (1991), la base alemana secreta “operó hasta fines de la década de 1950, cuando se convirtió en objeto de una prueba nuclear estadounidense en la que se detonaron en secreto tres bombas a propósito del Año Geofísico Internacional 1957–58”. Ambos Robert (2005c) y Farrell (2005) aceptaron la afirmación de Stevens (1997: 55, 57) de que el 27 y 30 de agosto, y el 6 de septiembre de 1958, se detonaron tres bombas nucleares sobre la Antártida.

Realmente hubo tres explosiones nucleares secretas en la atmósfera en el hemisferio sur en 1958, pero no fueron sobre la Antártida, y no se mantuvo el secreto. Las llevó a cabo EE. UU. como parte de la Operación Argus durante el Año Geofísico Internacional. Sullivan (1961) describe la historia en detalle, la que fue confirmada por un representante de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, en Viena (L. E. de Geer, comunicación personal, 24 de enero de 2006). Según estas fuentes, la Operación Argus fue la única serie de pruebas clandestinas en los 17 años de historia de las pruebas atmosféricas. Tuvo lugar a 1760 km al sudoeste de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y estuvo compuesta de tres disparos a gran altitud de las ojivas W-25 para investigar los efectos de las explosiones nucleares fuera de la atmósfera, particularmente con respecto a cómo las partículas cargadas y los isótopos radiactivos liberados interactuarían con el campo magnético de la Tierra, lo que podría interferir con el seguimiento por radar, las comunicaciones y la electrónica de los satélites y los misiles balísticos. Las pruebas se practicaron a Alturas de 160 km el 27 de agosto (38° S, 12° O), 290 km el 30 de agosto (50° S, 8° O) y a 750 km el 6 de septiembre (50° S, 10° O) (Sullivan 1961: Capítulo 8). La primera tuvo lugar a 3500 km al norte de la costa de la Tierra de la Reina Maud, cerca de Tristan da Cunha, la segunda a 2280 km al norte y la tercera a 2390 km al norte.

La confirmación independiente de que no se produjeron pruebas nucleares en la atmósfera sobre la Antártica proviene de la Prospección Antártica Británica (British Antarctic Survey, BAS). El Director (C. Rapley, comunicación personal, 17 de enero de 2006) declaró que: “dichas explosiones (dependiendo del tipo de arma) hubieran producido una precipitación clara y fuerte de material radiactivo que se manifestaría como un pico de radiación beta… en núcleos.  Ya se registraba un aumento de la radiactividad beta a través de la Antártida a partir de 1954 en adelante debido a las pruebas estadounidenses en la década de 1950 y especialmente las soviéticas en la década de 1960… entonces si alguien desea encontrar un pico en 1958 seguramente podrá. Sin embargo, si cualquier probable arma explotara a sólo unos cientos de kilómetros, yo esperaría ver un pico realmente extraordinario”. Para respaldar esta declaración, suministró una copia de un gráfico publicado por Wolff y otros (1999) que expone los cambios de la radiactividad de los rayos beta con una profundidad de nieve parcialmente compactada (conocida como profundidad “firn”) de un pozo en Coats Land, que se extiende justo al suroeste de la Tierra de la Reina Maud, en el borde este del Mar de Weddell. El gráfico muestra picos a fines de la década de 1950, y picos levemente más altos a principios de la de 1960, seguidos por una disminución significativa. Los picos representan sedimentación, en la nieve, de la cola de la pluma de gran altitud de materiales radiactivos que ingresaron en la atmósfera superior con cada prueba con bombas rusa y estadounidense, principalmente en el hemisferio norte o el Océano Pacífico tropical, y que luego se propagó alrededor del mundo. Una explosión sobre la Antártida del tipo que describen Stevens (1997) y Robert (2005c) hubiera provocado un enorme pico en la radiación del núcleo analizado por Wolff y otros (1999). Su falta, confirmada independientemente por de Geer, y por Sullivan (1961) habla a las claras.

 De todos modos, es inconcebible que hubiera habido cualquier prueba atmosférica nuclear sobre la Tierra de la Reina Maud en 1958, porque científicos noruegos, belga, británicos y japoneses estaban viviendo en el área en las estaciones de la zona.

Para leer gratuitamente en línea: Charlas con Adolfo 1958

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