Josef Mengele ingresa a la Argentina el 20 de junio de 1949
con pasaporte de la Cruz Roja Internacional, con el número 100.501, a nombre de
GREGOR, Helmut. Con ese documento obtuvo la Cedula de la Policía Federal
Argentina número 3.940.484.
En noviembre de 1953 presenta su partida de nacimiento
legalizada y certificada por la Embajada de la República Federal de Alemania en
Buenos Aires, solicitando la rectificación de su nombre y apellido, así obtiene
la Cedula de Identidad con el mismo número anterior, pero a nombre de Josef
Mengele, nacido en la localidad de Gunsburg, provincia de Baviera, el 16 de
marzo d 1911
En Buenos Aires Mengele trabajó como carpintero y
vivió en una pensión en el partido de Vicente López Después de unas
semanas se trasladó a la casa de un simpatizante de los nazis en el acomodado
barrio de Florida y a continuación trabajó como comercial para la
empresa de material agrícola de su familia. Desde 1951 realizó viajes
frecuentes a Paraguay como representante de ventas en ese país. En
1953 empezó a vivir en un apartamento de Buenos Aires y ese mismo año usó
dinero de su familia para comprar una parte de una empresa de carpintería. Al
año siguiente alquiló una casa en el barrio bonaerense de Olivos.
Experimentos buscando la eterna juventud
Fuente: Diario La Nación 20 de marzo 2010
Sobre Joseph Mengele en su paso por Auschwitz (donde
se lo conocía como el "Ángel de la Muerte"), la que más se recordará
será su fórmula de la eterna juventud, una experiencia llevada a cabo con el
propósito de salvar al Tercer Reich del paso del tiempo. Adolf Hitler había fundado
un imperio que debía durar mil años, pero no podía engendrar hijos. De ahí la
importancia de hallar una droga para detener el proceso de envejecimiento y
alcanzar la eterna juventud.
El general Karl Brandt, médico personal de Hitler, era
Ministro de Salud con superpoderes y centralizaba todo el saber sobre
rejuvenecimiento en la Europa anterior a 1945. Brandt habría, contactado a los
especialistas de los países ocupados, obtuvo drogas de última generación y
contó con hormonas y glándulas extraídas a los prisioneros de los campos de
concentración. Esa tarea también andaba el endocrinólogo ruso Karl Peter
Vaernet.
En Buenos Aires, en el cementerio británico de la Chacarita,
se encuentra la tumba de Vaernet, quien había seguido los esfuerzos de
Voronoff, aunque creyendo que las hormonas no sólo rejuvenecían, sino que,
además, podían "curar" la homosexualidad. Tras incontables
experiencias en Alemania, llegó a la Argentina en 1947, contratado por el
gobierno de Juan Domingo Perón y montó un laboratorio en el barrio de Palermo.
El libro también revela la existencia de un spa para
distraer a los oficiales de las SS, edificado por Heinrich Himmler en
Solahuette, cerca de Auschwitz, donde había mujeres seleccionadas entre las
prisioneras, a las que se sometía al proceso de rejuvenecimiento. El propio
Mengele les anunció que serían revisadas por los jerarcas mayores hasta que
apareció Brandt, quien les dijo la verdad: "Ustedes serán las madres que
darán los hijos que Alemania necesita por muchos años".
En 1956 Mengele obtuvo una copia de su partida de nacimiento a través de la embajada de Alemania Occidental y se le concedió un permiso de residencia en Argentina con su nombre real. Con este documento consiguió un pasaporte de Alemania Occidental, también con su nombre auténtico, y emprendió un viaje a Europa. Estuvo de vacaciones en la nieve en Suiza con su hijo Rolf —que llamaba a su padre «tío Fritz»— y con su cuñada viuda Martha, además de una semana en su casa familiar de Gunzburgo. Después de regresar a Argentina en septiembre, Mengele siguió viviendo con su nombre verdadero. Martha y su hijo Karl Heinz se reunieron en el país americano con él un mes después y los tres se instalaron juntos. Josef y Martha se casaron durante unas vacaciones en Uruguay en 1958 y adquirieron una casa en la capital argentina. Sus negocios entonces incluían una parte de la propiedad de la Fadro Farm, una compañía farmacéutica. También en 1958, Mengele y otros médicos fueron interrogados y después exculpados de la sospecha de practicar la medicina sin licencia después de que una adolescente falleciera durante un aborto. Preocupado porque este caso destapara su pasado nazi y sus actividades durante la guerra, emprendió un largo viaje de negocios a Paraguay y en 1959 consiguió la ciudadanía argentina con el nombre de José Mengele. Regresó a Buenos Aires en varias ocasiones para atender los negocios y visitar a su familia. Martha y Karl Heinz vivieron en una pensión de la ciudad hasta que en diciembre de 1960 regresaron a Alemania.
Documento de
inmigración de 1949 revela que Mengele ingresó a la Argentina como Helmut
Gregor. Poco tiempo después solicitaría su Cedula de Identidad Argentina con su
nombre real
El nombre de Mengele se mencionó varias
veces durante los juicios de Núremberg, pero las naciones aliadas estaban convencidas de que había
muerto. Su primera esposa Irene y su familia también dijeron que había
fallecido. Sin embargo, en Alemania estaban recogiendo información de
testigos sobre las actividades del médico de Auschwitz. Durante una búsqueda en
archivos públicos, Langbein se topó con el acta de divorcio de Mengele y una
dirección de Buenos Aires, por lo que él y Wiesenthal contactaron el 5 de junio
de 1959 con las autoridades de la Alemania Occidental para que emitieran una
orden de detención y se iniciara el trámite de extradición. En principio Argentina rechazó la
solicitud porque el fugitivo ya no vivía en la dirección que indicaban los
documentos y para cuando se aprobó la extradición el 30 de junio de 1960,
Mengele había huido a Paraguay, donde estaba viviendo en una granja cerca de la
frontera argentina.
Pabellón Médico en Auchwitz
Trabajó como
médico (con chapa en la puerta a su nombre). Compartió consultorio con otro
médico Karl Vaemet, en Urirarte 2251, en el barrio de Palermo Buenos Aires.
Otros
Domicilios conocidos de Mengele en Argentina
Sarmiento 1875, Olivos
Azcuenaga 1551, Buenos
Aires
Arenales 2460, Florida
Dreysdale 3573,
Carapachay
Las propiedades estaban
a nombre del Dr Josef Mengele y otras a nombre de su cunada, con la que se casó
después de la separación de su esposa en Alemania.
Los Gemelos del Brasil
Pueblo de Cándido Godoi, Brasil
Un historiador afirma que los experimentos de
Mengele tuvieron "frutos". Durante años intentaron descifrar por qué
en un pequeño pueblo de Brasil una de cinco embarazadas resultaba ser madre de
gemelos, casi todos ellos rubios y de ojos azules. Los habitantes de Candido
Godoi afirman que Mengele hizo repetidas visitas en los primeros años de los
sesenta, primero haciéndose pasar por veterinario pero luego ofreciendo
tratamiento médico a las mujeres del pueblo.
Mengele dejó la Argentina después de que
atraparan a Adolf Eichmann Entonces, halló refugio en el enclave alemán
Colonias Unidas, de Paraguay, y desde ahí, en 1963, comenzó a hacer viajes
regulares a otra comunidad alemana en Brasil, la rural Candido Godoi. La espiral de nacimientos de gemelos explotó.
Candido Godoi era el laboratorio de Mengele, donde realmente logró su
"sueño" de la raza aria. "Hay testimonios de que atendía a las
mujeres embarazadas, les daba distintas drogas y preparaciones. Hablaba en esos
años de inseminación artificial de seres humanos, y por eso continuaba
trabajando con animales. Decía que podía producir vacas y mellizos
varones".
Mientras que en todos los países la tasa de
mellizos típica es de un caso en 80 embarazos, en Candido Godoi las cifras no
dejan dudas, hay un caso de mellizos cada 5 embarazos: "Los primeros
mellizos nacieron en 1963, el año en que vimos los primeros reportes de su
presencia", afirmó.
Muchos pobladores incluso lo recuerdan con
cariño. "Él nos preguntaba por la salud de los animales, los podía curar,
y parecía un hombre culto y bueno". Otro granjero, Leonardo Boufler, dijo
que Mengele decía que podía lograr "inseminaciones en vacas y humanos, que
en esos días sonaba imposible y nunca antes oído".
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